viernes, 25 de mayo de 2012

La construcción temporal en la historia proyectada en Psicosis, de Alfred Hitchcock

Ya en la entrada anterior, se ha hablado de la construcción espacial en el relato cinematográfico, sin embargo, en esta ocasión se tratará la construcción temporal en dicho relato.  Para ejemplificar esto se recurrirá a la película titulada Psicosis de Hitchcock.
Según Neira Piñeiro, el tiempo en el cine se relaciona con diferentes niveles, tales como: la época de ambientación de la trama, la duración de la fábula, la duración del plano, la creación de periodos y el lapso de la proyección. También se debe distinguir entre el tiempo externo (fuera del relato) y el tiempo interno (dentro del relato).
Aterrizando en la obra, se puede decir que la primera ubicación temporal que se da en la obra es en la escena inicial cuando se da la hora en la habitación del motel donde se encuentran Marion y Sam. 

Por otra parte, es importante mencionar que hay una elipsis en la película, marcada por la ausencia del trayecto hacia la casa. Asimismo, se puede notar otra, expresada mediante la omisión del abordaje del auto, pues sólo se presenta cuando el auto se detiene y Marion ve a su jefe.  Siguiendo en esta línea, es posible notar una prolepsis, en esta misma secuencia, pues está demostrada mediante un uso de voces en off que representa los pensamientos acusadores que Marion formula mediante su viaje y como consecuencia de haber visto a su jefe en el cruce del semáforo.
Adherido a esto,  es importante destacar que el fundido en negro con el cual termina la escena de la conducción nocturna de la protagonista marca otra elipsis temporal pues inmediatamente se contrapone el amanecer. Simbólicamente este fundido en negro representa el clímax del escape de la protagonista es decir,  esta construcción temporal que hace Hitchcock contribuye a una intensificación del suspenso narrativo  y su contraposición, el amanecer, indicaría la etapa de descenso de suspenso; sin embargo, la presencia policial será otro elemento creador de suspenso.
Además, siguiendo el orden de las escenas, seguido a esta es posible notar una vez más la prolepsis, ya que después de la compra del auto nuevo, cuando va conduciendo de camino a su destino voces en off narran lo que sucede en la oficina: el descubrimiento del robo, la búsqueda  de Marion en su apartamento con su hermana, la noticia de la pérdida del dinero y demás. Como consecuencia de esto en el argumento el espectador no ve narrado el transcurso del día, solamente la llegada al hotel en una noche lluviosa. Una vez más lo temporal juega un papel importante pues el ambiente nocturno más lo lúgubre del hotel logran crear una atmósfera de suspenso, que luego va a ser complementada por la personalidad de Norman Bates y su extraño comportamiento: llevar la cena, la afición por los animales disecados, el espionaje a través del agujero que hay en la pared, y demás.
Durante la conversación de la cena entre Bates y Marion se presenta un resumen de la vida de ambos donde se relatan hechos como las actividades cotidianas y la muerte del padre de Bates. Es después de esta cena en el transcurso de la noche donde ocurren los hechos fatales: el asesinato y posterior ocultamiento del cuerpo de Marion, historia que a su vez es falsa.

Otro espacio importante en la película, que a su vez contiene una relevancia temporal en la narración es la secuencia de la bañera pues se mezclan varios artificios temporales, los cuales logran una perfecta construcción del tiempo. Algunos de ellos son: la duración de la secuencia, el encuadre, la igualdad en el tiempo de la historia y el tiempo del argumento y la pausa, pues esta última marca la agonía y fallecimiento de Marion.
 Ahora bien, una vez más es indispensable mencionar la simbología que guarda el tiempo del crimen y el posterior a este. El primer tiempo, constituye lo negativo, la desesperanza, lo trágico, decepción y lo tenebroso; el segundo, por su parte, muestra el intento por esclarecer lo sucedido en el primero; es decir, es el tiempo de la esperanza y justicia.


No obstante, la investigación post mórtem realizada por el detective y la hermana de Marion, así como por el aguacil engloba una serie de regresiones, con las cuales se intenta reconstruir el pasado. Como consecuencia de estas regresiones, se produce una frecuencia repetitiva pues se cuenta varias veces lo que ha pasado una vez. Seguidamente, en la casa del alguacil se pueden observar dos resúmenes, con la misma frecuencia anterior, que permiten explicar y aumentar los hechos que giran alrededor de la desaparición de Marion y su posible fuga. Siguiendo en el orden cronológico de la acción, es posible notar que inmediatamente después de la llegada a la casa del alguacil, se observa un fondo en negro donde aparece esta vez la cámara focalizando las escaleras de la casa de la familia Bates, donde sin ver a los personajes se escuchan las voces de hijo y madre hablando acerca de esconderse debido a que la policía llega, después de esto se nota el día y la salida de misa, es aquí donde volvemos a la elipsis, ya que al espectador no se le narra lo sucedido en la noche ni en el lapso de mañana antes de la misa.
Parte fundamental es la interrogación a Bates por parte de las autoridades, pues es el proceso mediante el cual se conoce la verdadera realidad sobre su situación psíquica, ya que es donde se da una explicación científica a todo lo extraño que sucedía en la acción: la identidad de Norman es la de la madre, él las asesina pensando que es ella y demás, del mismo modo aquí se pueden observar dos frecuencias la repetitiva que se observa en las narraciones del robo de Marion y el asesinato de los padres de Norman, y a una iterativa, que se denota cuando se cuenta por única vez el estado psicológico de Norman, mismo que desencadena una rutina de femicidios.

Finalmente se puede ver como mediante artificios cinematográficos temporales, como el resumen, la analepsis, la prolepsis o la frecuencia, Hitchcock logra una historia cargada de suspenso que a su vez construye a través de ellos.







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