Ya
en la entrada anterior, se ha hablado de la construcción espacial en el relato
cinematográfico, sin embargo, en esta ocasión se tratará la construcción
temporal en dicho relato. Para
ejemplificar esto se recurrirá a la película titulada Psicosis de Hitchcock.
Según
Neira Piñeiro, el tiempo en el cine se relaciona con diferentes niveles, tales
como: la época de ambientación de la trama, la duración de la fábula, la
duración del plano, la creación de periodos y el lapso de la proyección. También
se debe distinguir entre el tiempo externo (fuera del relato) y el tiempo
interno (dentro del relato).
Aterrizando
en la obra, se puede decir que la primera ubicación temporal que se da en la
obra es en la escena inicial cuando se da la hora en la habitación del motel
donde se encuentran Marion y Sam.
Por
otra parte, es importante mencionar que hay una elipsis en la película, marcada
por la ausencia del trayecto hacia la casa. Asimismo, se puede notar otra,
expresada mediante la omisión del abordaje del auto, pues sólo se presenta cuando
el auto se detiene y Marion ve a su jefe. Siguiendo en esta línea, es posible notar una
prolepsis, en esta misma secuencia, pues está demostrada mediante un uso de
voces en off que representa los pensamientos acusadores que Marion formula
mediante su viaje y como consecuencia de haber visto a su jefe en el cruce del
semáforo.
Adherido
a esto, es importante destacar que el
fundido en negro con el cual termina la escena de la conducción nocturna de la
protagonista marca otra elipsis temporal pues inmediatamente se contrapone el
amanecer. Simbólicamente este fundido en negro representa el clímax del escape
de la protagonista es decir, esta construcción
temporal que hace Hitchcock contribuye a una intensificación del suspenso
narrativo y su contraposición, el
amanecer, indicaría la etapa de descenso de suspenso; sin embargo, la presencia
policial será otro elemento creador de suspenso.
Además,
siguiendo el orden de las escenas, seguido a esta es posible notar una vez más
la prolepsis, ya que después de la compra del auto nuevo, cuando va conduciendo
de camino a su destino voces en off narran lo que sucede en la oficina: el
descubrimiento del robo, la búsqueda de
Marion en su apartamento con su hermana, la noticia de la pérdida del dinero y
demás. Como consecuencia de esto en el argumento el espectador no ve narrado el
transcurso del día, solamente la llegada al hotel en una noche lluviosa. Una
vez más lo temporal juega un papel importante pues el ambiente nocturno más lo lúgubre
del hotel logran crear una atmósfera de suspenso, que luego va a ser
complementada por la personalidad de Norman Bates y su extraño comportamiento:
llevar la cena, la afición por los animales disecados, el espionaje a través
del agujero que hay en la pared, y demás.
Durante
la conversación de la cena entre Bates y Marion se presenta un resumen de la
vida de ambos donde se relatan hechos como las actividades cotidianas y la
muerte del padre de Bates. Es después de esta cena en el transcurso de la noche
donde ocurren los hechos fatales: el asesinato y posterior ocultamiento del
cuerpo de Marion, historia que a su vez es falsa.
Otro
espacio importante en la película, que a su vez contiene una relevancia
temporal en la narración es la secuencia de la bañera pues se mezclan varios
artificios temporales, los cuales logran una perfecta construcción del tiempo. Algunos
de ellos son: la duración de la secuencia, el encuadre, la igualdad en el
tiempo de la historia y el tiempo del argumento y la pausa, pues esta última
marca la agonía y fallecimiento de
Marion.
Ahora
bien, una vez más es indispensable mencionar la simbología que guarda el tiempo
del crimen y el posterior a este. El primer tiempo, constituye lo negativo, la
desesperanza, lo trágico, decepción y lo tenebroso; el segundo, por su parte,
muestra el intento por esclarecer lo sucedido en el primero; es decir, es el
tiempo de la esperanza y justicia.
No
obstante, la investigación post mórtem realizada por el detective y la hermana
de Marion, así como por el aguacil engloba una serie de regresiones, con las
cuales se intenta reconstruir el pasado. Como consecuencia de estas
regresiones, se produce una frecuencia repetitiva pues se cuenta varias veces
lo que ha pasado una vez. Seguidamente, en la casa del alguacil se pueden
observar dos resúmenes, con la misma frecuencia anterior, que permiten explicar
y aumentar los hechos que giran alrededor de la desaparición de Marion y su
posible fuga. Siguiendo en el orden cronológico de la acción, es posible notar
que inmediatamente después de la llegada a la casa del alguacil, se observa un
fondo en negro donde aparece esta vez la cámara focalizando las escaleras de la
casa de la familia Bates, donde sin ver a los personajes se escuchan las voces
de hijo y madre hablando acerca de esconderse debido a que la policía llega,
después de esto se nota el día y la salida de misa, es aquí donde volvemos a la
elipsis, ya que al espectador no se le narra lo sucedido en la noche ni en el
lapso de mañana antes de la misa.
Parte
fundamental es la interrogación a Bates por parte de las autoridades, pues es
el proceso mediante el cual se conoce la verdadera realidad sobre su situación
psíquica, ya que es donde se da una explicación científica a todo lo extraño
que sucedía en la acción: la identidad de Norman es la de la madre, él las
asesina pensando que es ella y demás, del mismo modo aquí se pueden observar
dos frecuencias la repetitiva que se observa en las narraciones del robo de
Marion y el asesinato de los padres de Norman, y a una iterativa, que se denota
cuando se cuenta por única vez el estado psicológico de Norman, mismo que
desencadena una rutina de femicidios.
Finalmente
se puede ver como mediante artificios cinematográficos temporales, como el
resumen, la analepsis, la prolepsis o la frecuencia, Hitchcock logra una
historia cargada de suspenso que a su vez construye a través de ellos.
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